Qué profunda pena y rabia me provoca que el primer martín pescador que logro fotografiar sea uno que acabo de ver morir. Malditos sean una y mil veces esos Sapiens que construyen edificios, además acristalados, donde solamente tenía que haber árboles, precisamente en medio de esas islas fluviales que debían servir de refugio a las aves. Y lo más alucinante de todo es que el edificio contra el que se ha estrellado el ave, que es el Centro de Interpretación de la Isla del Soto, dependiente del Ayuntamiento de Santa Marta de Tormes, tiene un logotipo en su tarjeta y un mural en su fachada de un martín pescador. Por no hablar de que el edificio fue inaugurado por una ministra de medio ambiente.
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